Sobre la intención del Filósofo

Sobre la intención del Filósofo
Sobre la intención del Filósofo

Te saludo Lucilio,

Me alegra y celebro el hecho que persistas en en tus estudios, y que poniendo todo lo demás a un lado, hagas de cada día tú objetivo ser una mejor persona.

No sólo te exhorto a que lo sigas haciendo, te lo imploro. Sin embargo, te advierto que no actúes como aquellos que en lugar de mejorar, desean destacar, al comentar sobre tu vestimenta y estilo de vida.

Ropas viejas, cabello y barbas desordenados, desprecio por vajilla de plata, usar la tierra como sillón, y todas las demás formas que pretenden atraer la atención a uno mismo deben de ser evitadas.

Pero tampoco debes el perseguir la filosofía en silencio y de forma aislada; qué pasaría si nos separamos de los usos y costumbres de nuestros contemporáneos. Al interior, debemos ser distintos en todos los aspectos, pero al exterior debemos conformarnos hasta la prudencia con la sociedad.

No vistas ropas finas ni tampoco harapientas. Nadie necesita una vajilla de plata, incrustada con oro solido; pero no podemos pensar en que la falta de oro y plata son señal de una vida simple.

Mantengamos un standard de vida superior a la de la multitud, pero no contraria; corremos el riesgo de asustar y ahuyentar a las personas que deseamos ayudar.

Podrían rechazar imitarnos en cualquier cosa, por miedo a pensar que nos tienen que imitar en todo.

La primera cosa que pretende la filosofía es dar una sensación de camaradería con todas las personas; es decir, simpatía y sociabilidad. No podríamos cumplir nuestro compromiso si somos distintos a las demás personas. Si es válido ver los medios validos por los cuales atraemos admiración, nunca debemos llegar a lo absurdo y odioso.

Nuestro lema, como sabes, es “vivir de acuerdo a la Naturaleza”; pero es simplemente contrario a la naturaleza el torturar nuestros cuerpos, odiar la elegancia, mantenernos sucios deliberadamente, comer alimentos que lleguen a ser desagradables o incluso prohibitivos.

Así como es un signo de lujo el buscar pequeñas las golosinas de la vida que debemos evitar, así también sería una locura evitar adquirir aquello que es costumbre y no representa un gran costo.

La filosofía nos llama a vivir una vida simple, pero no de penitencia; y podemos perfectamente ser simples, pulcros y presentables al mismo tiempo.

Esta es la forma que apruebo; nuestra vida debe de mantener un balance entre las formas del sabio y las del mundo en general; todas las personas debe de ser capaces de admirarla, pero primero deben de entenderla.

“¿ Entonces, debemos actuar como otras personas ? ¿ No debe haber distinción entre nosotros y el mundo ?” Si, y una muy grande; que las demás personas encuentren que no somos como el resto, si observan con atención.

Si visitan nuestro hogar, deben de admirar nuestra persona, y no nuestras posesiones. Es una gran persona quien puede usar platos de barro, como si fueran de plata; de la misma forma y sencillez de quien usa vajilla de plata como si fuera de barro.

Es señal de una mente inestable el no soportar las riquezas.

También quiero compartir contigo el aprendizaje hasta ahora. Encuentro en las escrituras de Hecato, que limitar nuestros deseos también pueden curar nuestros miedos “Deja de desear”, dice, “y dejaras de temer”. “Pero cómo”, me preguntaras, “¿ puede dos cosas tan distintas ir lado a lado ?”.

Estas dos cosas, mi querido Lucilio, parecen distantes, pero en realidad están unidas. La misma cadena que un extremo al prisionero encadena, hace lo mismo con el soldado quien lo vigila. Así la esperanza y el miedo, tan distintas emociones como son, se mantienen juntas, el miedo sigue a la esperanza.

No me sorprende que procedan de esta forma; cada similar pertenece a una mente que esta en suspenso, una mente que esta ansiosa por ver adelante hacia el futuro. La principal causa de este malestar en es que no logramos adaptarnos para el presente.

En cambio enviamos pensamientos a nuestra mente que pertenecen al futuro. Y eso, el poder de la anticipación, la más noble bendición de la raza humana, se ve pervertida.

Las bestias evitan los peligros que pueden ver, y cuando se encuentran libre de peligro, también se encuentran libre de preocupación; pero las personas nos atormentamos por cosas que aún no suceden, así por aquello que está en el pasado.

Muchas de nuestras bendiciones nos traen vanalidades; pues nuestra mente recuerda las torturas del miedo y el pensar en el futuro las anticipa. El presente es lo único que no puede afligirnos

Hasta luego

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