Sobre las razones para retirarse del mundo

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Confieso que todos que todos tenemos un afecto innato por nuestro cuerpo. Confieso que se nos confió con su cuidado. No digo que no debamos indultar al cuerpo; pero no debemos volvernos su esclavo. Aquel que hace de su cuerpo su amo, quien es temeroso en su nombre, quien es sobre-temeroso y quien juzga todo conforme su cuerpo, tiene muchos amos.

Debemos conducirnos no como si viviéramos por el cuerpo, sino como si no pudiéramos vivir sin el. Nuestro gran amor por el cuerpo nos vuelve temerosos, con carga de preocupaciones y nos expone a insultos. La Virtud se desvalora por una persona que sobre-aprecia su cuerpo.

Debemos valorar y cuidar nuestro cuerpo; pero también debemos de estar preparados, razonablemente, para respetarnos y exigir sacrificio, incluso entregarlo al fuego.

Sin embargo, debemos evitar las inconformidades y los peligros; retirarnos hacia la seguridad, rechazando continuamente los objetos del miedo. Si no me equivoco, hay tres clases de miedos. tememos

El deseo,
la enfermedad,
las consecuencias de la violencia.
De todo esto lo que mas nos aflige es lo que pueda venir de la dominancia de nuestro prójimo. Pues nos acompaña con gran tumulto e indignación.

Las otras formas de mal proviene de una gran desfile, por así decirlo. Donde se rodea de espadas, fuegos y cantos de una muchedumbre y bestias que de ser desatadas, destriparán las entrañas de las personas.

Imagínate a ti mismo bajo el yugo de esta prisión, la cruz, las tablas, los ganchos y la estaca que punza la garganta de un hombre hasta que le ha perforado la garganta. Piensa en los miembros del cuerpo destazados por dos carrozas que empujan en dirección opuesta. O la camisa cubierta o entrelazada con material inflamable, y todas las demás crueldades, además de las que ya he mencionado.

No es sorpresa que si uno de nuestros más grandes temores es un destino similar, venga en muchas formas, junto con su parafernalia aterradora.

Pues así como el torturador logra más entre más instrumentos de tortura muestre,— así el espectáculo supera aquellos que pacientemente hubieran resistido el sufrimiento. De forma similar todas los factores que pueden afectar nuestra mente, las más efectivas son aquellas que se pueden mostrar.

El resto de los problemas no son menos serios, el hambre, sed, úlceras y la fiebre de nuestros intestinos. Son sin embargo más secretas; no se les anuncia públicamente, pero al igual que un gran aparato de guerra, prevalecen por virtud de su muestra y equipamiento.

Entonces, abstengámonos de ofender. Es a veces las personas que debemos temer; o quizás el cuerpo del senado que conforman los oligarcas del estado, si es que el gobierno en curso es ejercido por dicho cuerpo; y en ocaciones individuos armados con el poder de la gente en contra de la gente.

Es cansado mantener una relación amistosa con todas estas personas; basta con no ser enemigos. Un hombre sabio nunca provocará la irá de aquellos con poder, en cambió cambiará de dirección como se cambia la dirección de un barco que enfrenta una tormenta.

Cuando viajes a Sicilia, cruzarás los canales. Un navegante irresponsable, se confiará y no prestará atención al Ostro, (viento del sur). Este viento enrudece al mar Siciliano y lo divide en distintas corrientes; no debe de buscar la costa izquierda, sino mantenerse en posición donde Caribdis (la monstruo marino). confunde a los mares.

El navegante más prudente, preguntará a los locales el significado de las olas y las nubes; mantendrá su rumbo lejos de esta región notoria por sus aguas problemáticas.

Una persona sabia hace lo mismo al evitar problemas con un otra problema que pueda traer daño. Sin que esto signifique evitarle, ya que es importante no buscar siempre la seguridad garantizada, pues lo que lo uno evita , uno condena.

Debemos entonces, buscar como protegernos de las masas y el vulgo. Empezando por no tener deseos como los suyos; pues la rivalidad suele conducir al conflicto.

De nuevo, no debemos poseer o valorar nada que se nos pueda arrebatar al beneficio de un enemigo a costa de sus conspiraciones. Que haya poco botín en tu persona. Nadie se dedica a arriesgarse la sangre solo por el placer de la carnicería, — o por lo menos son muy pocos.

Los asesinos lo hacen especulando su recompensa, mas que para ventilar una venganza. En el camino un ladrón deja pasar a quien tiene nada: incluso en un camino infestado, el pobre puede viajar en paz.

Ahora, debemos evitar en especial tres cosas:

Odio
Envidia
Desprecio
La sabiduría puede usualmente enseñarte como hacer esto. Es difícil observar para personas como nosotros como lograrlo; debemos tener cuidado que ell miedo de atraer los celos, puedan convertirse en desprecio. O peor, el que no hacer menos a otros, se vuelva una oportunidad para que otros nos hagan menos. El poder de inspirar miedo en otros ha causado a muchas personas vivir en miedo.

Es mejor alejarnos de esto en todas formas; pues es igualmente problemático en ser despreciado como es ser admirado. En cambio, debemos de tomar refugio en la filosofía, este camino ha probado ser un emblema protector tanto a los ojos de buenos hombres, como aquellos ligeramente malos.

El dar discursos en un bar, o alguna otra acción que reclame la atención de las personas te ganará enemigos, pero la filosofía es una acción pacifica y sólo se ocupa de sus propios asuntos.

Las demás personas no le pueden despreciar, pues es honrada por todas las profesiones, incluso por la más vil de ellas. La fuerza del Mal tiene limites, pero no se puede conspirar contra la nobleza de carácter, de forma que el nombre de la Filosofía deje de ser sagrado y digno de alabanza.

A pesar de ello, la Filosofía debe de ser practicada con calma y moderación

Respondes: “Bien, ¿Entonces consideras la filosofía de Catón el Viejo moderada? Por orden de Catón se ejecutó una guerra civil. Catón inicio batallas con jefes enloquecidos. Y cuando unos rechazaron a Pompeyo y otros a Cesar, Cato desafió a ambos, al mismo tiempo.”

Sin embargo uno bien podría ir más lejos y cuestionar si una persona sabia debería incluso involucrarse en asuntos del Estado, y preguntar:

“¿De qué hablas, Catón? Ya no se trata de un tema de libertad; hace tiempo fue saqueada y arruinada.”

La pregunta es si Cesar o Pompeyo quien controla el senado. ¿Porqué, Catón, deberías de tomar un bando en el asunto? No es asunto tuyo; un tirano está siendo elegido. ¿Qué te importa quién termina ganando?

La mejor persona puede ganar; pero quien gane esta destinada a ser la peor persona”

Me he referido al último rol de Catón. Pero incluso en los años previos, el hombre sabio no se permitía intervenir en los temas extractivos del estado. ¿Qué podía hacer Catón sino levantar la voz y decir palabras inútiles?

En cierta ocasión fue embestido por la muchedumbre, retirado a la fuerza del foro y marcado al exilio; en otra se le envió directamente a prisión desde la cámara del senado.

Consideremos, si la persona sabia debe de prestar su atención a los asuntos políticos. Consideremos aquellos Estoicos, quienes alejados de la vida publica, se han retirado a la vida privada con el propósito de mejorar la existencia de sus prójimos, enmarcando leyes para la humanidad sin incurrir en los disgustos de aquellos que están en el poder del estado.

El hombre sabio no ofenderá la costumbres de las personas, ni llamará la atención de la población con un estilo de vida novedoso.

“¿Entonces, uno puede seguir este plan para estar seguro?” No te lo puedo garantizar más allá de lo que puedo garantizar buena salud a aquellas personas que practican moderación. Sin embargo, la buena salud proviene de dicha moderación,

  1. “What then? Can one who follows out this Plan be safe in any case?” I cannot guarantee you this any more than I can guarantee good health in the case of a man who observes moderation; although, as a matter of fact, good health results from such moderation.

En ocasiones, un barco perece en muelle; pero qué crees que sucede en mar abierto. Y qué tan mas seguro puede estar una persona si no se encuentra segura incluso en casa si tiene muchos asuntos de que ocuparse. Muchas personas inocentes mueren; quién lo va a negar. Pero los culpables mueren más seguido. La habilidad de un soldado no es la culpable si recibe un golpe mortal.

Por último, la persona sabia mantiene la razón de todas sus acciones, pero no el resultado. El inicio esta en nuestro control, Fortuna decide el resultado, pero no permito que dicte sentencia sobre mi persona. Puedes decir “Pero Fortuna puede causar grandes problemas y sufrimiento”. El ladrón no pasa sentencia cuando asesina.

Ahora estas cercano a estrechar tu mano para el regalo del día. El regalo que te dare es sin duda dorado. Ya que estamos hablando del oro, permíteme compartir contigo como usarlo para traer una mayor dicha.

“Quién menos necesita riquezas, mas las disfruta”
¿Quién es el autor? Para mostrarte cuan generoso soy, alabaré los dictados de otras escuelas. Esta frase pertenece a Epicuro o Metrodoro (el jóven, o de Lámpasco) o a alguna otra persona de está escuela particular de pensamiento (epicureísmo).

Pero qué diferencia hace quien lo haya dicho. Fueron palabras dichas en este mundo. Quien desea con ansiedad las riquezas, sufre por la misma razón. Ninguna persona disfruta la ansiedad que esto trae. Siempre intenta tener un poco más. Conforme se preocupa por incrementar sus riquezas, también se olvida de usarlas.

Reúne sus cuentas, desgasta en pavimento del Foro, regresa a sus registros, — en resumen: deja de ser el amo, y se vuelve el cuidador.

Adios.

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