“Deja que todos tus esfuerzos se dirijan a algo, que mantenga ese fin a la vista. No es la actividad lo que perturba a la gente, sino las falsas concepciones de las cosas lo que la vuelve loca”.
— SENECA, SOBRE LA TRANQUILIDAD DE LA MENTE,12.5
La Ley 29 de Las 48 Leyes del Poder es: Planifica hasta el final. Robert Greene escribe: “Planificando hasta el final no te verás abrumado por las circunstancias y sabrás cuándo parar. Guía suavemente la fortuna y ayuda a determinar el futuro pensando con mucha antelación”. El segundo hábito de Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva es: empieza con un fin en mente.
Tener un fin en mente no es garantía de que lo alcanzarás -ningún estoico toleraría esa suposición-, pero no tener un fin en mente es una garantía de que no lo alcanzarás. Para los estoicos, las oiêsis (falsas concepciones) son responsables no sólo de las perturbaciones del alma, sino de las vidas y operaciones caóticas y disfuncionales. Cuando tus esfuerzos no se dirigen a una causa o a un propósito, ¿cómo sabrás qué hacer día tras día? ¿Cómo sabrás a qué decir no y a qué decir sí? ¿Cómo sabrás cuándo has tenido suficiente, cuándo has alcanzado tu objetivo, cuándo te has desviado del camino, si nunca has definido qué son esas cosas?
La respuesta es que no puedes. Y así te ves abocado al fracaso -o peor, a la locura- por el olvido de la falta de dirección.
